Cecilio eres una persona extraordinariamente buena, un hombre sencillo y sensible como pocos. Llevas en el alma la luz de nuestro pueblo. Y eres de los fieles, de los que no abandonan nunca, ni tampoco olvidan, el aire de la tierra. No hace falta vivir en un pueblo para amarlo y llevarlo clavado y fundido en el corazón. Tú, aunque vivas lejos, llevas al pueblo siempre contigo en el corazón, en tus ojos y en tus palabras. Te admiro y te aprecio, Cecilio, por todo ello. Recibe un cálido de abrazo de tu paisano y buen amigo. |